LOS MISERABLES
En el puerto de Paita se ha puesto de moda la palabra MISERABLE, así, con mayúsculas y en voz alta. La gente la repite a cada rato. Es un dardo, una cachetada y un llamado a la conciencia. “Miserable”, lo dijo en voz alta el alcalde de Paita don Pedro Cuadros Alzamora, cuando un grupo de ciudadanos asistimos a una marcha en contra de su gestión, en ese momento, llena de juergas y parafernalias mientras once paiteños eran asesinados en sus narices. En aquella marcha, fueron los propios deudos los que asistieron con las fotografías de sus familiares. Marchaban los hijos, las esposas, los abuelos y hasta los vecinos. Todos indignados ante una autoridad que ignoraba lo que estaba sucediendo y prefería bailar en escenarios, contratando orquestas y demás artistas de otras provincias y hasta en su discoteca favorita llena de etiquetas azules. Sí, el jefe de seguridad Ciudadana y del COPROSEC hacía caso omiso a los reclamos de la ciudadanía que, preocupada por la situación, no le quedó otra cosa que plegarse a una marcha de protesta. Yo no fui ajeno al reclamo, por supuesto, y caminé desde la IE Sagrado Corazón hasta la plaza de Armas del puerto. Era la primera vez que veía una marcha donde, en su mayoría, estaba conformada por damas. (Siempre las damas más valientes que sus hombres)
Y fue, cuando llegamos a la plaza de Armas del puerto, cuando el alcalde
Cuadros Alzamora, con micro en mano e indignadísimo, soltó a lo Alan García, la
palabra que tanto repiten sus partidarios. Esta frase se la dedicó al
periodista Nixon Viera, afirmando que utilizó a los deudos de las muertes para
esa marcha de protesta, mientras que, a su vez, les decía a los mismos deudos
que subieran a la Municipalidad para “arreglar” la situación de sus reclamos.
Nos preguntamos entonces, ya que está de moda la palabra: ¿Quién es el
verdadero miserable? ¿El que organizó la marcha para despertarlo de su egoísmo
y estupidez, o el que intentó quebrar el reclamo comprando el llanto de los
deudos e invitándolos a subir a la municipalidad?
Entonces, si miserable, según su significado, se le dice a la persona ruin
o canalla, ¿a cuál de estos dos ciudadanos le caería de perilla?
Ha quedado claro que, para muchos paiteños, una autoridad puede hacer lo
que le venga en gana con el poder que siente tener, mientras le caiga su
trabajito o su vereda nueva. Ha quedado claro, con este gobernante, que ya no
se respeta la investidura ni la responsabilidad de estar en un cargo tan
importante donde se debe estar preparado para una posible desgracia siendo el jefe
supremo de Defensa Civil. Es decir, ¿se puede ser un verdadero miserable y ser
tan capaz de decírselo al otro?
En todo caso, miserable soy yo también por haber marchado ese día y por
haberle dicho siempre sus verdades al que se creía intocable. Miserables son
también mi tía, hermana de mi madre, y las demás damas que, de manera valiente
asistieron a esa marcha.
Lo que no dicen los allegados al alcalde-galán de barrio-bailarín, es que,
gracias a esa marcha, se frenaron las muertes y también los malos
comportamientos de un hombre que fue elegido para gobernar y no para juerguear
a sus anchas, ya que, como resultado de la marcha, se gestionó la presencia de
100 policías de fuerzas especiales. Lo que no aceptan los correligionarios del
alcalde juerguero, es que la marcha sí dio resultado a la estupidez.
Miserable, por ejemplo, es quien jura ante su familia, pero es ampayado con
amantes semanas después.
Miserable, por ejemplo, es quien reclama colocando por delante el trabajito
de su papá antes que el bienestar de su pueblo.
Miserable, para mí, es quien destruye un proyecto serio donde los libros y
los verdaderos artistas eran las verdaderas estrellas, para reemplazarlo por telas
y más telas que nos han costado varios miles de soles
Miserable, por decirlo, es quien fue elegida para fiscalizar, pero nunca
fiscaliza nada y prefiere jugar a la candidata salvadora cuando le faltan dos
años de trabajo.
Miserable, es el que finge de poeta para llegar a la muni convirtiéndose después
a conveniencia en un perrito faldero.
Miserable, por ejemplo, es quien le niega a los niños y adolescentes la libertad de escoger un deporte ¡quién sabe a qué precio y ganancia! el colorcito verde sintético.
Miserables, por ejemplo, son quienes me envían los últimos chismes de la
gestión mientras les sonríen a diario cada vez que se les cruzan.
Miserable, con todas sus letras, es quien va a un A.H. a decirles a los
moradores que son “abandonados”, con el único fin de humillarlos para que después
su obra sea más destacada.
Miserable es este texto que, por tener demasiadas letras, jamás será leído
por esa mancha de arrastrados que repiten y repiten la palabra MISERABLE sin
saber siquiera cuál es su significado.
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